Urkullu elevará al 40% los regímenes de semilibertad con la mitad de los etarras ya en cárceles vascas
El País Vasco está impulsando su propio modelo penitenciario, que pasa por que los presos cumplan su condena mayoritariamente en la calle. Incluidos los terroristas de ETA que han sido trasladados a sus cárceles, que ya son más de la mitad tras un 2021 con 89 movimientos firmados por el Gobierno de Pedro Sánchez. El ideólogo de ese modelo penitenciario vasco, Jaime Tapia, ha puesto como objetivo elevar el número de presos en semilibertad hasta el 40% de la población reclusa. Medida que beneficiaría la salida de presos de ETA, a quienes ya se ha prometido una «vida nueva» bajo amparo del Gobierno vasco.
Tapia, asesor del presidente vasco Iñigo Urkullu en materia de cárceles, ha defendido desde hace meses que el modelo vasco debe pasar por un aumento del régimen de semilibertad. Es decir, sacar a los presos de la cárcel antes de que terminen su condena. A todos, a los comunes y a los terroristas de ETA.
Ese, según ha confirmado el propio Tapia con la llegada de 2022, será el objetivo este año del Gobierno vasco para con los presos. Actualmente, el porcentaje de reclusos que se benefician de un régimen de semilibertad se encuentra en el 26%, y para este año el Ejecutivo vasco quiere elevarlo hasta el 40%. Un objetivo que se plantearon de cara a la entrega de las competencias en prisiones, que se ejecutó el pasado mes de octubre. Ese 40% se eleva al 50% en el caso de las mujeres presas.
La decisión llega en un momento clave para el colectivo de presos de ETA, cuya presencia en el País Vasco ya es superior a la que hay en otras zonas de España tras los últimos traslados firmados por Interior en diciembre de 2021.
«Cambiar la ley»
El pasado mes de noviembre, el líder de EH Bildu volvió a especificar sin ambages el objetivo prioritario de su formación: sacar a los presos de ETA de la cárcel. Y en esa estrategia, Arnaldo Otegi contempla que «Bildu tiene que obligar al Ejecutivo a que cambie la ley» para poder poner en libertad a los presos de ETA, lo que calificó como «la madre de todas las batallas». Algo que, según el líder de la izquierda abertzale, «puede ocurrir en seis años», aunque luego le decía a los militantes que esto no podía decirlo en público.
Y en esa misma línea se enmarca la nueva estrategia penitenciaria del País Vasco que busca flexibilizar condenas. Tapia manifestó durante los meses en los que se diseñó este nuevo modelo penitenciario vasco que cada preso tendrá que seguir un programa individualizado de tratamiento, seguir unas pautas, una serie de programas y actividades que se le proponen, y que son voluntarios. Hacerlos pueden tener su repercusión en los permisos y progresión de grados, y en su caso, cada medio año, hay que hacer una revisión de su situación, que está condicionada por la sentencia que se le haya impuesto y bajo supervisión judicial.